domingo, 13 de febrero de 2011

Y la copa ¿qué tal?

Pues la Copa bien, gracias. 8 equipos en un marco incomparable como es el Pedro Delgado de Segovia, donde tantos títulos ha ganado un histórico como Caja Segovia, con lleno absoluto en todos los partidos, con unas aficiones que no han parado de animar a sus respectivos conjuntos y con mas equipos que nunca con claras opciones al título.

Podemos presumir los vizcaínos de haber llevado hasta allí una gran delegación formada por periodistas, entrenadores, árbitros, jugadores y directivos, los cuales no solo asistieron al gran acontecimiento, sino que pudieron disfrutar de la fase final del Campeonato de España de Selecciones juveniles, la cual se la llevo Valencia en una intensa y emocionante final ante Galicia.

En lo que a profesionales se refiere, el título se lo llevó el F.C. Barcelona, el primero de su historia y seguramente que no será el último. En mi opinión, justo premio al esfuerzo económico que ha hecho la entidad azulgrana y a una zona, como la catalana, donde el fútbol sala se vive con pasión e intensidad y desde los tiempos de Miró Martorell no contaba con un equipo potente, hasta ahora Marfil no ha conseguido proyectos para pelear por títulos, que fuese el estandarte de todo ese trabajo de base que no se ve en el resto de España. El Barça ha dado ese impulso que toda Comunidad Autónoma necesita para promocionar un deporte y se ha vuelto, no solo un referente catalán, sino a nivel nacional. Por cierto, para todos aquellos que piensen que a golpe de talonario no se deben hacer las cosas, es bueno saber que el F.C. Barcelona cuenta con un filial en División de Plata, lo que demuestra la apuesta por la cantera que han realizado los culés y el resultado que les está dando.

Para terminar, aunque a mi me motiven mas los colores de Lobelle por su forma de jugar y su trabajo de cantera, solo me queda felicitar al campeón, que ha dejado de ser alternativa para convertirse en otro equipo a disputar títulos y a animar el panorama nacional.

Un último apunte: Mi buen amigo Iñigo Martínez reflejaba en su blog, con mas razón que un santo, la poca asistencia de público que se dio en la fase final juvenil. Es verdad, Iñigo, a veces nos dejamos llevar por el glamour profesional y no vemos lo apasionante que puede ser disfrutar de estos jóvenes jugadores que son el futuro de nuestro deporte. Por lo que, yo, desde aquí, entono el mea culpa al no haberme acercado a ver estos partidos. Aunque en mi defensa, comentaré que la final no me la hubiese perdido por nada del mundo y la verdad es que mereció la pena y pude comprobar que muchos de estos juveniles llegarán a la élite con garantías de triunfar.

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