Llega el fin de semana y todos intentamos sacar un par de horas en nuestras apretadas agendas para acercarnos a ver algún partido de fútbol sala. Es una imagen que se repite mucho, jugadores, directivos, entrenadores y árbitros en gradas de pabellones viendo fútbol sala.
Por desgracia, también es una imagen que se repite mucho la de algún "personaje" vociferando en una de estas gradas insultando a todo aquel que corretea por la pista. Generalmente nadie se alarma ante una situación así, pero lo grotesco viene cuando es alguien de las personas que arriba he nombrado. Podría entender que si un jugador está, no convocado, lesionado o sancionado, viendo a su equipo, pueda perder los papeles por la tensión del partido, la frustración de no poder estar en la pista, etc..., pero es que muchas veces no es ni su propio equipo el que juega. En fin, que cada cual haga autocrítica y piense si se identifica con alguna situación parecida. Si somos sinceros, estamos a tiempo de corregirlo y no dar la imagen de energúmeno que no nos gusta dar.
Otra situación viene cuando en vez de insultos, alguna de estas personas se dedica a criticar abiertamente a compañeros de ramo aunque de otros equipos, o peor aún, a mofarse de los errores cometidos en la pista por árbitros o jugadores.
Esta última situación no es para que los que se identifiquen con ella hagan autocrítica, sino para que se dediquen a otro deporte, puesto que la primera situación se puede dar por tensiones, clasificaciones, piques deportivos,..., que no la defiendo, pero es que esta última es para pensar; si yo me descojono de los que practican mi deporte, ¿para qué lo practico?, ¿para que se rían otros de mi?
En resumen, llegamos el sábado o domingo a disputar nuestro partido y nos podemos encontrar con estas situaciones; ¿cómo tienes el valor de decirme que no te llame "hij...." si hace dos semanas me lo llamabas tú a mi desde una grada?, o; ¿me sacas una tarjeta por faltarte al respeto y la semana pasada estabas en una grada faltando al respeto a un compañero tuyo que arbitraba?. En fin, gracias a dios, esto no se da mucho.
Por lo que el respeto no lo podemos exigir sin mas, hay que ganarlo, y eso lo demostramos en las pistas cada fin de semana compitiendo y peleando cada uno por lo suyo, pero sin desmerecer el trabajo y esfuerzo de los demás. Si todos remamos hacia la misma dirección, todos nos veremos beneficiados, pero si cada uno rema hacia su lado, la barca no se mueve.
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